sábado, 8 de marzo de 2008

Cuentos para los que no tienen tiempo II (Utilidad)

A un discípulo que siempre estaba quejándose de los demás le dijo el Maestro: "Si es paz lo que buscas, trata de cambiarte a tí mismo, no a los demás. Es más fácil calzarse unas zapatillas que alfombrar toda la tierra".



"¿En que podría ayudarle la espiritualidad a un hombre de mundo como yo?", preguntaba un hombre de negocios.

"Te ayudaría a tener más", respondió el Maestro.

"¿De qué manera?"

"Enseñándote a desear menos".



Estaba el filósofo Diógenes cenando lentejas cuando le vio el filósofo Aristipo, que vivía confortablemente a base de adular al rey.

Y le dijo Aristipo: "Si aprendieras a ser sumiso al rey, no tendrías que comer esa basura de lentejas".

A lo que replicó Diógenes: "Si hubieras tú aprendido a comer lentejas, no tendrías que adular al rey".



Anthony de Mello

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