martes, 1 de marzo de 2011

Todo lo que usted quería saber sobre las vidas pasadas




    Somos hijos de nuestro pasado,
    actores de nuestro presente
    y artífices de nuestro porvenir.
Dos personas se miran y quedan instantáneamente enlazadas por hilos invisibles, inseparables como si se conocieran desde siempre. Seguirán unidas o se rechazarán, pero no sabrán ya cómo vivir separadas. Tampoco sabrán cuál es el lazo que los ha atraído, y porqué.
Un hombre sufre un miedo inexplicable a los espacios abiertos, especialmente donde hay árboles, y más específicamente pinos: donde los demás respiran a pleno pulmón, él cae abatido por un ataque de asma. Los tratamientos convencionales son sólo paliativos: basta respirar aroma de pinos para ahogarse. Y no sabe porqué.
Una persona se pregunta con una urgencia cada vez más acuciante, cuál es la misión que ha venido a cumplir en su vida. No lo sabe, pero necesita saberlo.
Estas preguntas, y otras similares que se repiten cada vez más hace tres décadas en todas las latitudes, han contribuído paralelamente al desarrollo de un nuevo tratamiento y un nuevo método de autoconocimiento profundo: la Psicoterapia de Vidas Pasadas.

RECUERDOS DE NUESTRAS VIDAS ANTERIORES

Más allá de nuestra memoria presente, aún más allá de nuestras memorias intrauterinas que se reviven con técnica especiales, moran recuerdos de otras vidas, albergadas en nuestra memoria extracerebral. Estos recuerdos pasados explican acontecimientos de nuestra vida actual que hasta ese momento permanecían como incógnitas latentes, que nos pedían sorda pero insistentemente explicación.
Médicos, psicólogos y psiquiatras de todo el mundo, se ponen a investigar casi paralelamente este mismo fenómeno. Morris Netherton, en California, revive en el curso de su tratamiento didáctico su propio naufragio en una vida anterior, que lo aterrorizaba en sus sueños repetitivos, y busca en los libros de bitácora de la Marina Norteamericana hasta encontrar el año en que ocurrió, y el exacto nombre del barco que él veía cuando caía por la borda. A partir de este descubrimiento estremecedor, funda la Asociación para la Investigación y Tratamiento en Psicoterapia de Vidas Pasadas.
Joel Whitton, en Canadá, descubre a través de la regresión a una paciente, el espacio entre las vidas (Bardo thos Thol para los tibetanos), y la planificación futura que se realiza en ese espacio.
Edith Fiore, en Italia, descubre la conexión inter-vidas de personas que sienten un alto grado de familiaridad entre sí, sean consanguíneas o nó. Comienza a trabajar sobre las relaciones "kármicas", las secuencias vitales compartidas por personas que se reencuentran a lo largo de varias vidas, y que siguen interactuando para aprender juntas lecciones comunes, que las impulsan a crecer evolutivamente.
Brian Weiss, en Estados Unidos, da a conocer en "Muchas vidas, muchos sabios"el caso de una paciente crónica de terapia psicoanalítica, que en pocas sesiones de regresiónes a vidas pasadas descubre su vida y su muerte en Egipto bajo las aguas del Nilo, y con ese solo recuerdo logra el sorprendente resultado de curarse definitivamente de la fobia a la asfixia que prácticamente la tenía recluída en su casa.
Por mi parte, luego de egresar como psicóloga en la Universidad de Buenos Aires, y trabajar en psicoterapia tradicional durante diez años, me especialicé e introduje en la Argentina la Psicoterapia de Vidas Pasadas, asombrada por las rápidas curas y la ampliación del panorama vital que presenciaba en las personas que recurrían a este nueva forma de cura psíquica.
Luego de treinta años de realizar regresiones a miles de pacientes, publiqué "A LA LUZ DE NUESTRAS VIDAS PASADAS" (Editorial Dunken), donde doy cuenta de un proceso que he ido descubriendo a lo largo del tiempo, de la observación y del estudio: una secuencia evolutiva que parece irse desenvolviendo vida tras vida, y que nos va llevando a descubrir y a desarrollar la función que hemos venido a realizar, a través de las múltiples transformaciones que esa función va sufriendo, según la actitud personal que adoptamos a medida que vamos desenvolviendo ese hilo vital.


LA MISION A CUMPLIR EN NUESTRA VIDA

En los múltiples casos que he tratado, los pacientes, con respecto a su vocación o a la función que consideraban como propia, -y con la que mayor satisfacción obtenían-, se encontraban en la vida actual en alguna de estas doce Etapas Evolutivas:

  • EL APRENDIZAJE: el interés, la fuerza y el entusiasmo de la persona en esta etapa está puesto en absorber todos los conocimientos que estén a su alcance para dominar esta función que, percibe, es el motor que la impusa: la que lo hará realizarse en lo que siente profundamente que es aquello para lo que ha nacido.

  • LA MAESTRIA: en esta vida nacen dominando su función, la que ya han desarrollado en una o en varias vidas anteriores. No necesitan aprenderla, sino solamente "actualizar" conocimientos, que rápidamente ejercen con precisión y alegría, reencontrándose con una actividad conocida, querida y gratificante.

  • EL RELATIVISMO: nace con el don innato y una enorme facilidad para cumplir con su función. Tal es su saber, (y el orgullo que va creciendo en la apropiación de ese saber), que los límites de lo legítimo y de lo que no lo es se empiezan a borrar en el ejercicio de su función. Gradualmente empieza a tomar como legítimo todo aquello que le sea posible intentar, y va borrando cualquier valor ético y social que le pueda poner algún límite humanamente aceptable a su trabajo o a su profesión.

  • LA EMBRIAGUEZ DE PODER: nace con una explosiva mezcla de maestría excepcional en su función, (que le da un poder indiscutible), junto con una soberbia rayana en lo patológico, un descreimiento total con respecto al bien común y un bárbaro desprecio por los demás. Distorsiona su función cuanto le parezca útil para dominar y manipular a los demás, suponiendo que esa situación es lógica y podrá mantenerse en ella todo el tiempo que él quiera y sin sufrir consecuencias negativas.

  • LA CAíDA: nuevamente se manifiesta la ley de causa y efecto, y ahora recoge el resultado de sus acciones anteriores naciendo en circunstancias de severa infe-rioridad física, psíquica o social. El sufrimiento de esa vida puede ser excelentemente usado para ir descubriendo los graves daños realizados antes, y para encontrar creativamente la posibilidad de reparación de esas situaciones pendientes, usándolas para su propia evolución, y para impulsar la evolución de los que lo rodean.

  • EL MIEDO Y LA CULPA: nace paralizado por el temor y una oscura culpa que no sabe de donde proviene (hasta descubrir en regresiones a vidas anteriores la causa que lo atemoriza). A pesar de gozar de condiciones normales y buenas apti-tudes, se siente permanentemente inferior a los demás y bloqueado en sus auténticas posibilidades. El recuerdo inconsciente de lo ocurrido en sus vidas anteriores le da una sensación de catástrofe inminente, que le impide llevar adelante su función.

  • LA ACUSACIóN: proyecta en el mundo, en las personas y en las circunstancias, aquello por lo que él mismo fue acusado en vidas anteriores, y se encierra en el círcu-lo vicioso de querer cambiar los acontecimientos externos, sin atinar a descubrir las causas internas que lo mantienen detenido en una acusación estéril que no genera acciones concretas, ni en el mundo ni en su propia vida.

  • LA PARáLISIS CREATIVA: da tempranas muestras de la función que ya trae bien desarrollada y la realiza con éxito, hasta que en un momento un hecho determinado desencadena el recuerdo inconsciente de la caída y los dolores sufridos en vidas anteriores y se paraliza en esa función, sin descubrir el porqué ni el cómo salir de esa situación dolorosa y frustrante.

  • EL DEBER AMARGO: desde el principio de esta vida realiza la función que ya trae aprendida, y en la que se sigue especializando activamente, pero sin alegría. Doloro-sas circunstancias pasadas que trae al nacer como recuerdos inconscientes, le im-piden disfrutar de aquello que hoy hace, y muy bien. Hacer conscientes esas viven-cias inconscientes a través de regresiones, le permitirá recuperar el placer y la alegría de aquello para lo que se ha formado, y que profundamente desearía disfrutar.

  • EL AMANECER: en esta etapa la función ha pasado por todas las anteriores, y aparece, por fín, desbloqueada y libre. Pero además, con una sabiduría que no tenía en la etapa de la Maestría, o del Relativismo. El que nace en esta dichosa etapa parece ir con inalterable alegría y viento a favor en lo que hace. Porque ya ha sufrido en vidas anteriores las distorsiones a las que pudo haber sometido su función, y las amargas consecuencias le han enseñado a apreciar lo que hace en su excepcional y único valor, y a hacerlo no sólo con maestría, sino con delicadeza y respeto por todo y por todos.

  • EL MISTERIO DE SER UNO MISMO: el que nace en esta etapa, tiene una triple y reconcentrada atención: la que pone en realizar espléndidamente su oficio, la que pone en responder con precisión e inteligencia al mundo que lo rodea, y la que pone en buscar la respuesta a la acuciante pregunta que no deja de hacerse un instante en su vida: saber Quién es. No sólo en sus circunstancias, sino en su esencia. Cuando logra responder a esta pregunta, en general después de varias vidas de búsqueda, se encuentra, se reconoce y se comprende. Se suele llamar a este encuentro: Iluminación.

  • LA CONSCIENCIA AMPLIADA: la persona que nace en esta etapa da una contínua y conmocionante impresión de vivir en una espiral de la evolución más alta que la de los demás seres humanos. Parece haber desarrollado una mente, un sistema emocional y una intuición superior a la de los demás. Su inteligencia no es analítica sino sintética. Allí donde los demás ven las partes, él ve el todo. Donde los demás ven seres o grupos humanos en conflicto o países en oposición, él ve interrelaciones dinámicas cargadas de sentido, en las que se puede intervenir solamente para ayu-darles a aclarar lo que están haciendo, y para desarrollar su potencial de inteligencia integradora que pueda usarse para el crecimiento conjunto y para bien de todos. Tal como él mismo lo hace.

Cada una de estas etapas impregna con su propia significación la vida del que está pasando por ella, y al mismo tiempo, puede aportar un decidido impulso para su evolución. Sobre todo si el evolucionante se da cuenta de en qué punto está, qué puede ganar en esa etapa, y cuáles son los pasos que puede empezar a dar para pasar a la etapa siguiente.
Ese es el objetivo de los ejercicios personales que se despliegan en "A la luz de nuestras vidas pasadas": ser una herramienta que ayude a la evolución consciente de cada uno de los que lo leen.


EL KARMA Y SU ACCIÓN ILUMINADORA

Cuando egresé de la Facultad, no tenía la menor idea de este concepto, totalmente desconocido en los medios académicos occidentales, y menos aún en el psicoanálisis y en la psicoterapia tradicional ortodoxa. Pero a medida que fui descubriendo y especializándome en la psicoterapia de vidas pasadas, me fui abriendo a otras corrientes de conocimiento, descubriendo, a veces con asombro pasmado, que en otros lugares de la tierra había habido excelentes psicólogos desde hacía milenios, que conocían en profundidad fenómenos de la consciencia y de su evolución, totalmente desconocidos para nosotros.

El karma era uno de ellos. Karma, en sánscrito, significa acción. Describe una simple ley: la de que a cada acción le sigue una reacción consecuente con la acción que la ha producido. Esta ley abre toda su significación cuando se la descubre actuando a lo largo de la vida de una persona. Con una mirada atenta, se puede observar cómo alguien va condicionando su propia vida , no solamente por los componentes hereditarios que trae, por el influjo de la familia y del medio en el que ha nacido y se ha educado, sino a través y fundamentalmente por sus propias acciones. Los hechos que él mismo produce, le traen nítidamente respuestas afines a esas causas que él mismo originó. Es un proceso tan transparente como el de cosechar el fruto correspondiente a la semilla que se sembró.

Cuando observamos este proceso actuando a lo largo de un ciclo de varias vidas anteriores, descubrimos cómo la ley del karma va orientando la función de cada uno hacia su progresivo desarrollo y completud. Si la persona se va apartando del hilo de su función, la retribución de esta distorsión será la de consecuencias frustrantes y dolorosas en la propia vida. En cambio, si los actos que "siembra" van en el camino limpio de la función, la retribución kármica será la de obtener cada vez mayor conocimiento, afecto, dones y bienestar material, mental y espiritual.

Si siembra escepticismo, él mismo irá descreyendo de su propia función. Si siembra desmanes y atropellos, nacerá y vivirá entre desmanes y atropellos un lapso no menor de los que hizo padecer. Cuando vaya entendiendo la ley de causa y efecto, irá generando conocimiento, y el conocimiento irá fructificando en esa vida y en las próximas. Y si lo que siembra es servicio a través de su función, esa causa volverá multiplicada a su vida llenándolo de abundancia, alegría y plenitud creciente, en esa vida y en las próximas.

En todo el trayecto evolutivo el karma va obrando como un faro en las tormentas, como un exacto mecanismo orientador en nuestras vidas. La luz de la comprensión que nos da la ley de causa y efecto, nos va mostrando si lo que hacemos nos aleja o nos acerca a nuestra función. El dolor como un despertador vital nos advierte que nos vamos apartando de nuestro verdadero camino; y la alegría como una retribución gozosa, nos anuncia que nos vamos acercando a nuestra función, a aquello que realmente somos, a aquello para lo que hemos nacido.


EL AMOR A LO LARGO DE LAS VIDAS

Como células de un tejido contiguo, la vida nos va reuniendo con personas con las que nos une una extraña sensación de familiaridad, a veces tan intensa que hace que no nos separemos desde el momento en que nos encontramos.

Con algunas de esas personas nos venimos encontrando desde hace tiempo, y desde lejos. Algunos, como lo dan cuenta las numerosas investigaciones de la Dra. Edith Fiore, en Roma, forman las llamadas "encarnaciones en bandada", personas que se reencarnan una y otra vez juntas en el tiempo y en el espacio, cada vez con nuevos cuerpos y distintos roles a realizar, y siempre retomando largas lecciones que van aprendiendo, y que necesitan unos de otros para ir actualizando y creciendo en sus aprendizajes evolutivos.

A veces juegan el rol de padres y luego de hijos, o de hermanos, o de compañeros, o de amigos, o de rivales, y una y otra vez generan entre sí circunstancias dichosas, crispadas o dolorosas, pero siempre con los elementos necesarios como para que la consciencia de cada uno se vaya ampliando a través de esa relación.

A veces el encuentro es esporádico y no dura mucho en el tiempo, pero deja lecciones hondas e inolvidables. Como si en un gran tapiz se hubieran encontrado varios hilos armónicos y hubieran tejido un dibujo único, que permanecerá inalterable aún después que la relación haya terminado en el tiempo de esa vida.

Otras veces no hay interrupción de la relación, porque esas personas o esos grupos se atraen de tal manera que no pueden permanecer separados: son las llamadas "almas afines", que necesitan indefectiblemente de la contiguidad, y se siguen buscando y se siguen encontrando en el camino de la vida, para seguir creciendo juntos.

En otros casos, la búsqueda del complementario es tan acuciante, que no hay nada en la vida que reemplace la imperiosa necesidad de encontrarse con el otro par: son las "almas gemelas".


EL MISTERIO DE LAS ALMAS GEMELAS

Cuenta Platón que en una época antigua, anterior a nuestra historia escrita, había surgido una raza de gigantes, seres extraordinarios que reunían en sí mismos los dos sexos y un poder ilimitado: eran los Andróginos.

Dice la leyenda que estos Hombre-Mujer, al ser completos en sí mismos se sentían invencibles, y fueron creciendo en fuerza y en soberbia hasta desafiar a los Dioses, y poner en peligro aquel antiguo mundo en el que vivían.

Los Dioses, entonces, para detenerlos, los cortaron en dos, los seccionaron, es decir: separaron los sexos. Y desde entonces se vienen buscando como hombres y mujeres que añoran desesperadamente la unidad perdida, y que sienten agudamente la soledad al estar ahora lejos uno del otro. La leyenda dice que sólo volverán a reunirse cuando desarrollen una virtud desconocida en el mundo de los Andróginos: la humildad.

Personalmente, al tratar pacientes "almas gemelas", juntos o separados, puedo darme cuenta de la etapa evolutiva en la que están, y de si están transitando la misma etapa o nó. Si están en la misma etapa en general se ayudan a aprender la lección común, y a ir creciendo juntos. Si están transitando distintas etapas evolutivas suelen separarse al no aguantar la intensidad de los enfrentamientos que sólo se dan entre almas gemelas, para luego sufrir agudísimamente la separación, que se hace incalmable por sentir que forman parte de algo mayor, y que esa unidad permanece intalterable en algún espacio interior de sus consciencias, aunque no haya forma de volver a encontrarse.

En todos los casos están creciendo cada uno en sus circunstancias, y se están encaminando, en la medida en que vayan aprendiendo sus lecciones evolutivas, a un encuentro futuro que será más completo y más radiante que aquel del que partieron.

Porque si la separación del andrógino fue por la soberbia que los hizo ser una amenaza para ellos mismos y para los demás, juntos o separados tendrán que salir de la embriaguez de poder, levantarse de la caída, ir emergiendo del miedo y la culpa, limpiarse de la acusación, curarse de la parálisis creativa, transformar el deber amargo en un dulce cumplimiento de su función. Hasta llegar al amanecer, el momento en el que finalmente vuelvan a encontrarse y volver a gozarse de ese nuevo ser que forman juntos, pero ahora un escalón más alto en la evolución. Un nuevo ser que se ha re-creado para satisfacer no solo su propio bien, sino también el bien de los demás.

En este nuevo ser re-encontrado, podrán ir juntos ahora a develar el misterio de sí mismos, y en algún momento serán una de las consciencias ampliadas que les enseñen al mundo el misterio de la solidaridad.


EL MILAGRO DE LA SOLIDARIDAD

Ser solidario es sentir vitalmente que formarmos parte de un sólido, de un cuerpo común, que tenemos que atender por la sencilla razón de que estamos formando parte de él.

La consciencia de la solidaridad no era tan frecuente hasta ahora, pero se ha ido incrementando en nuestros días porque hay un ímpetu de crecimiento evolutivo, generado a través de las crisis de crecimiento individuales, grupales y sociales que nos van haciendo asomar a una consciencia más amplia.

En ese orden, el creciente conocimiento de nuestras vidas anteriores nos lleva a descubrir vivencialmente que muchos de nosotros venimos unidos desde circunstancias distintas en las que vamos creciendo juntos, y que por esas circunstancias cuidar de los otros es también cuidar de nosotros mismos.

El cuerpo social que formamos se va haciendo sensible a las necesidades comunes, especialmente por las personas que van logrando un mayor desarrollo y una mayor consciencia evolutiva. Es por eso que mientras algunos pujan por el enfrentamiento y la guerra, muchos otros se unen para manifestarse en contra de las medidas violentas, y para pedir de una manera global caminos alternativos para la solución pacífica de los conflictos.

Gradualmente se empieza a captar que la vida no es un transcurrir azaroroso, sino un plan evolutivo muy bien diseñado, con una inteligencia que se va manifestando a medida que vamos ascendiendo en nuestras consciencias, etapa tras etapa, ayudándonos unos a otros, y sobre todo los más crecidos, los más conscientes y los más lúcidos, a crecer juntos.

En esta maravillosa aventura que es la vida. Las vidas. Nuestras vidas.Las pasadas. Las presentes. Y las futuras.

Fuente: http://www.mantra.com.ar/contreconociendonos/vidaspasadas17.html

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